La Rueda del Año de las Brujas

Por Eva María Martín
La rueda del año consta de 8 celebraciones rituales del año, 4 Mayores y 4 menores. Los menores son los estacionales hacen referencia a la entrada de cada estación, y los mayores son rituales, de fuego y están entre estación y estación.
El calendario que ha pervivido en la tradición celta-wicca está conformado por ocho fechas principales, llamadas “Sabbats” que señalan el recorrido cíclico de la tierra entorno al sol, así como la influencia que la mayor o menor proximidad del astro rey ejerce sobre el crecimiento de la vida en la tierra. Con este fin, nuestros ancestros celebraban los cuatro cambios de estaciones (solsticios y equinoccios), así como la fecha intermedia entre un cambio y otro.
Fechas importantes de la Rueda del Año
Saber las fechas importantes de la Rueda del Año es ideal para poder prepararte para ellas. Así podrás hacer rituales o conjuros y conseguir aquello con lo que llevas soñando un tiempo.
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- Imbolc. Día de Brígida, Candelaria. 1 de febrero (1 de agosto en el hemisferio sur).
- Ostara. Albar Eilir, Equinoccio de Primavera, Festival de los Árboles. 21 de marzo (21 de septiembre en el hemisferio sur).
- Beltane. Celebración de la sexualidad y fertilidad. 1 de mayo (31 de octubre en el hemisferio sur).
Litha. Alban Heruin, Coamhain, Solsticio de Verano. 21 de junio (21 de diciembre en el hemisferio sur). - Lughnasadh. Lammas, Primera Cosecha, Festival de las Primeras Frutas. 1 de agosto (1 de febrero en el hemisferio sur)
- Mabon. Alban Elfed, Herfest, Segunda Cosecha, Equinoccio de Otoño. 21 de septiembre (21 de marzo en el hemisferio sur)
- Samhain. Última Cosecha, Noche Ancestral, Fiesta de los Muertos, Halloween. 31 de octubre (1 de mayo en el hemisferio sur).
- Yule. Alban Arthan, Solsticio de Invierno. 21 de diciembre (21 de junio en el hemisferio sur).
Las festividades en La Rueda del Año
Estas festividades solares a su vez, se interrelacionaban con trece ceremonias lunares llamadas Esbats, que coincidían con las lunas llenas de cada año, conformando así las 21 fechas principales del calendario luni-solar arcaico.

Las 8 festividades solares representaban las distintas fases del ciclo de crecimiento de las plantas y animales, desde su estado embrionario invernal hasta el marchitamiento otoñal.
Dicho ciclo quedó simbolizado en una mitología dualista protagonizada por una Diosa-Madre de la fecundidad que representaba al cosmos y un hijo-consorte (Dios astado de la fertilidad) que representaba la sincronía existente entre los ritmos anuales de crecimiento del sol con el de las plantas y animales.
Así por ejemplo, el inicio del año era marcado por el solsticio de invierno (21 de diciembre), ya que era la fecha en la que el sol, en su movimiento aparente, comienza su ciclo de ascenso
Este acontecimiento astronómico era representado por nuestros antepasados como el nacimiento del Dios anual de la fertilidad, quien a medida que avanzaba el año iba creciendo a la par que lo hacían la longitud de los días y su influencia sobre las plantas y animales. Dicho proceso de crecimiento culminaba a mitad de año con el punto más álgido solar (21 de junio), fecha en el que tanto la Diosa como su hijo-amante alcanzaban su máximo esplendor.
A partir de ahí se inicia el descenso que propicia primero la maduración de los frutos y posteriormente la recogida de cosechas (1 de agosto, 21 de septiembre). Finalmente, el 1 de noviembre, día que ocupa actualmente la festividad cristiana de Todos los santos, el Dios moría y regresaba al mundo subterráneo (útero de la Diosa), de dónde renacía en el próximo invierno.
Este relato mítico de la Diosa y de su hijo-amante estuvo presente en todas las culturas agrícolas del Neolítico (Europa, Mesopotamia, Egipto, Indo,…) con diversos nombres y distintos matices, hasta que las autoridades eclesiásticas distorsionaron o hicieron desaparecer su primitivo sentido original y convirtieron al Dios Astado de la fertilidad (Cernunnos, Osiris, Pashupati, Pan, Dionisio, Akerbeltz, etc.) en el mayor enemigo de la cristiandad.