Por Eva María Martín
Actualmente el 2 de febrero de cada año celebramos la Cancelaria, la cristianización de una fiesta pagana muy anterior cuyo significado esencial era el de “Fiesta de la Purificación”. Es la celebración del restablecimiento de la Diosa después de dar a luz al niño-Dios-Sol, lo que aconteció exactamente 40 días antes en el Solsticio de Invierno.
La palabra Imbolc se interpreta cómo “en el vientre de la madre”. La semilla que fue plantada en el solsticio de invierno está creciendo. También significa “leche de ovejas”, debido a que también es la época del nacimiento de las crías. Tradicionalmente honra a las semillas que bajo tierra empiezan a germinar.
Imbolc celebra los días, que visiblemente van siendo cada vez más largos y nos anima a limpiarlo todo y a prepararse para la atareada estación que se avecina. Los antiguos Celtas denominaban éste día “Día de Brigith”, en honor a la triple diosa de este nombre.
En Imbolc se pide inspiración y guía para sus nuevos planes y proyectos, y le dedican algunos pensamientos a los misterios ocultos que están teniendo lugar en la oscuridad.
Una de las celebraciones más hermosas es la costumbre de poner velas en todas las ventanas de la casa, empezando la tarde de la víspera, dejándolas encendidas hasta el amanecer.
Este día se utiliza para hacer todas las velas que utilizarás durante los otros sabbats, también se hacen rituales de purificación y limpieza para la casa.